Feliz Navidad

¡Feliz Navidad!

           

 

En ésta época navideña recordamos y celebramos el acontecimiento de la entrada de Cristo en nuestra historia. Instalamos bajo el arbol navideño un pesebre. El niño nos ha nacido, la bondad de Dios hacia nosotros se ha manifestado.

Mas tarde, éste niño, una vez adulto, va a confirmar, delante de Poncius Pilatus, que el es Rey, pero no conforme los criterios del mundo: "A eso he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad"(Juan 18, 37). Esta verdad no es del orden fisico, comprobable cientificamente, es del orden metafisico. Ha de ser revelado, y lo sera  por el Niño hecho adulto, Jesucristo, Nuestro Señor.

El ha venido al mundo para dar testimonio que Dios es un Padre;  un Padre que nos accepta con nuestros dones,  talentos,  defectos,  limitationes;  un Padre que nos ama y nos tiene íntimo cariño. El es un Dios que nos llama a hacernos semejantes a Él en el amor. Entonces nos ve como hijos suos porque somos transformados a su imagen.

Éste niño va a transformar nuestro mundo. El enseñará, por su ejemplo y su predicación, a los lideres del mundo, a gobernar, no a sus intereses y caprichos, sino conforme la voluntad de Dios. El mostrará que el poder y la riqueza deben ceder por el servicio. El 'no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por todos'(Mt 20, 28).  Dios quiere que los gobernantes instauren la paz y la solidaridad entre los pueblos y hagan desaparecer toda forma de esclavitud.

Éste niño va a instaurar el Reino de Dios en el mundo, Reino que en todos tiempos acarreará curación en nuestra tierra tan herida. Será el comienzo de una nueva era en el mundo, una nueva sociedad con la paz entre los pueblos, y con amor, fidelidad y felicidad en las familias.

Este Niño será mas tarde confrontado con la cruz, por las circonstancias. El aceptará la muerte por fidelidad a su opción por la no-violencia y el amor hasta-el-extremo. En la cruz oraba El: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen" (Luc 23, 34). Y en (Jn 10, 18) dice: "Nadie tiene poder para quitarme la vida; soy yo quien la doy por mi propia voluntad. Yo tengo poder para darla y para recuperarla de nuevo. Esta es la missión que debo cumplir por encargo de mi Padre"... Toda su vida estaba inspirado en el deseo de darnos vida en plenidud y vida hasta el más allá.

'Per crucem ad lucem ! (por la cruz a la luz)'. "Y yo una vez que haya sido elevado sobre la tierra, attraeré a todos hacia mí" (Jn 12, 32). Solamente con el amor se gana al hombre. En efecto, nadie tiene más amor que él que da su vida por sus hermanos.

A todos los que lo quieren y lo piden, el Señor infundirá su Espíritu. Van a recibir sabiduria y entendimiento de la voluntad de Dios, y fuerza para caminar en sus caminos.

¿Entonces no es justo y necesario dar al pesebre un lugar de honor bajo el arbol navideño, no es justo y necesario de asistir a la celebración litúrgica del nacimiento del Niño?... ¿No es verdad que nuestra fe nos obliga?... Después pueden venir la música y la cena de Nochebuena con la distribución de los regalos de Navidad.

La fé es un tesoro que ilumina nuestro caminar cotidiano. Da la caridad y la esperanza de la vida plena y eterna. Como el joven Jesús, crecemos en complacencia ante Dios y los hombres... En  ésta época del año pueden brillar las luces del arbol navideño, pero no nos olvidemos que las luces del arbol de nuestra vida son : íntima comunión con Dios / respeto / honestidad / bondad / amor / paciencia / compadecernos de los necesitados como "el samaritano se compadeció del herido en el camino a Jérico. Lo montó en su cabalgadura, lo llevó al mesón y cuidó de él' (Lc 10, 33).

Con Maria, la madre del Niño, cantemos el Magnificat : "Mi alma glorifica al Señor, y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador, porque ha hecho en mí grandes cosas el Poderoso"(Lc 1, 47).

¡Feliz Navidad !     ¡Que Dios te bendiga !

Padre Andrés Loyson, Klein Bijgaardenstraat 27A, 1600 Sint-Pieters-Leeuw, Bélgica.
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