miércoles, enero 04, 2006

La amistad espiritual.


La amistad espiritual.
¿Que decir sobre la amistad verdadera? Nace en Cristo, se desarrolla según Cristo, alcanza su acabado por Cristo.
El amigo verdadero en Cristo es como el guardián del amor, del alma misma. Guarda en silencio fiel todos los secretos, corrige en la medida de sus fuerzas los defectos que percibirá o los soportará. Compartirá las alegrías y las penas.
Que fuerza y que consuelo, en ésta vida, de tener al amigo con quién te puedes unir por un sentimiento de atracción muy íntimo y un vínculo de amor santo; alguien en quien tu espíritu puede descansar y tu corazón desahogarse. Alguien de quien los coloquios te sirvan de refugio en medio de las tristezas. En medio de tan numerosas dificultades de éste mundo, pudiendo ir en toda seguridad hacia su preciosa amistad. Le puedes confiar lo más profundo de tus pensamientos. Comparte tus lágrimas en la ansiedad, se alegra contigo en la prosperidad, busca contigo en las dudas.
El Señor Jesús mismo tuvo esa amistad más familiar con el "discípulo amado", Juan evangelista.
El fundamento de tal amistad es el amor de Dios. Hay que escoger con mucho cuidado aquel amigo del alma. No a base de impresiones fugaces. Es persona muy odiosa que aquel que hiere los derechos de la amistad. No hay peor tortura moral que de ser abandonado o atacado por un amigo.
Quatro puntos son de poner a prueba aquella amistad espiritual: la fidelidad, la intención, el buen juicio, la paciencia.
A eso se añade la oración el uno para el otro y aquella amistad santa llevará naturalmente a una amistad más profunda con Cristo Jesús.
Inspirado de la revista del Carmelo Kerit 132, citando a Aelred de Rievaulx (1110-1167) y su libro "L'amitié spirituelle, Beyaert, Bruges-Paris, 1948".
Página en inglés sobre Aereld de Rievaulx

Página en francés sobre la amistad espiritual.